La cocina completísima para preparar tus comidas. Las atenciones de los huéspedes, así como los chocolates, café, te, caramelos, cerveza de cortesía durante la estancia. El parking gratuito. El tamaño y la comodidad de las habitaciones. La lavadora con jabón por si necesitas hacer la colada. Los 2 baños a tu servicio separados. Un alojamiento como si estuvieras en tu propia casa.
La amabilidad de la dueña, nos hizo sentir como en casa, en todo momento dispuesta a solucionar cualquier problema. Continuos detalles, chocolate, cafe, fruta, infusiones. Baño completo y con todo lujo de detallitos. Una terraza muy coqueta, donde comer y pasar un rato. El espacio de cocina y comedor muy acogedor. Una nevera exclusiva para nosotros. Parking gratuito en la misma instalación. Cerca de las Cataratas del Rin.
Nos dieron un apartamento entero para nosotros. Una casa antigua reformada, limpia y preciosa. Las camas eran cómodas. La cocina estupenda. Me encantó. El desayuno y el trato magníficos.