
De
EspañaEl rancho está en medio de la naturaleza y hay una tranquilidad y privacidad que son muy difíciles de encontrar en otro sitio.
La villa es increíble, muy auténtica y rústica pero con todas las comodidades, las camas muy cómodas y un baño grande y limpio.
Por último, pero no menos importante, la atención de nuestro anfitrión, Humberto, quién hizo de nuestra estancia una experiencia única: nos preparó un delicioso desayuno con productos locales y de su propia cosecha, nos enseñó el rancho y todo lo que él hace y se aseguró de que no necesitáramos de nada.
En resumen: una experiencia imprescindible si se viene a visitar el Yucatán.