Espacio rural aislado con capacidad para 2/3 personas, con un jardín silvestre de 1.000 metros cuadrados y un mirador-cenador sobre el valle del río Lozoya. Situado en una antigua granja ganadera. Kilómetros de horizonte sobre una veintena de pueblos de la sierra madrileña. El alojamiento está restaurado y decorado con la filosofía de reduce, reutiliza, recicla y reinventa. Es una parte de mi vieja casa de campo, que ofrezco como espacio rural a todo el que quiera desconectar de la urbe y sentir la naturaleza y la vida campestre. Para la estancia de las mascotas tan solo pido unas normas básicas, básicamente, que no pueden pasar a la habitación, ni subirse al sofá, y que nunca pueden quedarse solos en el interior de la casa.

Durante vuestra estancia en la casa podéis contactar conmigo en todo momento, para facilitaros cualquier cuestión o solucionaros cualquier problema. También os puedo facilitar mapas de la zona, con las posibles rutas senderistas y cicloturistas, que parten desde la finca. Al igual que información de los pueblos de los alrededores y las actividades que se pueden realizar. Y una guía de lugares recomendados para comer y tapear en un radio de unos seis kilómetros.

La casa se encuentra a un kilómetro del pequeño pueblo serrano de Braojos, de 200 habitantes. Lo suficientemente lejos para sentir el silencio ruidoso de la naturaleza, sin la distorsión humana. Pero lo suficientemente cerca para, en un pequeño paseo, disfrutar de la arquitectura y la cocina serranas. La finca está situada en la ladera sur de la sierra de Guadarrama, con vistas al valle medio del río Lozoya. Kilómetros de horizonte sobre una veintena de pueblos de la Sierra Norte madrileña, con Buitrago del Lozoya en primer plano. A un paso de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, el Hayedo de Montejo, el chorro y el abedular de Somosierra y el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Y a dos pasos del Parque Natural de las Hoces del Duratón y de localidades segovianas tan singulares, como Pedraza, Sepulveda o Riaza.